En una época donde todo queda a distancia de un clic, Burkett viene a contarnos historias en las que ninguna certeza es posible. En sus paisajes narrativos nunca sabremos si hay poca luz o demasiada sombra. Porque le encanta borronear los límites entre lo real y lo imaginario. Un escritor que conserva el asombro del universo. Y decide hacernos partícipes del misterio y los claroscuros de la verdad y la ficción.
Ocho cuentos, ocho universos donde lo cotidiano se vuelve extraño, como en HABÍA ALGO ALLÁ AFUERA, al aterrarnos con las visiones de un ermitaño obsesivo, o como en LOS PERALES, un mal sueño o el portal a las guerras civiles del siglo XIX. En LUZ AZUL nos arroja a un mundo espejo devastado por una catastrófica infección que saca lo peor del género humano. Y sin dejarnos respirar, en LA SOMBRA DE ANUBIS, detectives y rubias fatales deben recuperar una daga del antiguo Egipto antes de que sea muy tarde.
La ciencia ficción oscura se presenta en NUESTRO HOMBRE EN LA LUNA, donde asistimos a una cruel invasión extraterrestre y los últimos esfuerzos defensivos. ORFANDAD no se aleja de esta tendencia y presenta a un hombre caminando, en el más perfecto silencio, por una carretera solitaria, quizás sea el último. Pero tampoco las grandes ciudades resultan refugio porque en Londres, un TRISKEL y un laberinto multiplican los universos. Y finalmente, en INOPORTUNAS MAGIAS DE HAYU MARKA, acompañamos a un joven jesuita que peregrina detrás de una carta que profetiza una historia muy pero muy diferente de la que conocemos.
En suma, Burkett nos propone una realidad oscilante. Que es otra forma de decir que le pone letra a nuestras pesadillas.
Los sesenta mundos que nos presenta Pablo Martínez Burkett son pequeños e inmensos. Pequeños en su geografía: la mayoría no supera las dos carillas; inmensos en su contenido: en esos relatos se hace presente desde la más remota antigüedad hasta el futuro más inalcanzable. Y en el medio de eso hay sangre, mundos imaginarios, leyendas chinas milenarias, sagas nórdicas, actualidad, humor…
A simple vista parece un libro de géneros (terror, ciencia ficción y fantástico), pero puedo asegurar que estas ficciones exceden un mero encasillamiento. Es un libro de literatura a secas, con elementos tomados de la cultura popular, de la historia, de la imaginación.
Escritos con un estilo compacto y a la vez trabajado, Mondo cane se suma a una tradición de ficciones breves, con la ventaja de que Burkett no busca sorprender en una línea final ni abusa de un ingenio rebuscado y artificioso. Son relatos breves que a veces se cierran en sí mismos y que a veces quedan expandiéndose en la imaginación del lector. Y que nunca, pero nunca, defraudan en su lectura.
Mondo cane es un libro sobre obsesiones. Los personajes de Burkett se enfrentan a poderes que los superan, y muchas veces están más allá de su comprensión. Estos cuentos transcurren en la Luna, en China, en Tierras Artúricas, en el lago Nahuel Huapi o en el subte de Buenos Aires; hablan de tiranías, conspiraciones, inteligencias artificiales, extraños experimentos y máquinas del tiempo ocultas en los lugares más insospechados, pero sobre todo hablan de un modo singular de cuestionar la realidad y de la importancia de luchar por aquello en lo que creemos.
Los ojos de la divinidad, segundo libro de Pablo Martínez Burkett, está compuesto por catorce relatos que abrevan y dialogan con lo mejor de la tradición del fantástico rioplatense, cuyos exponentes más célebres son Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares. Tras su primera incursión con Forjador de penumbras (1º Premio Mundos en Tinieblas 2010), Martínez Burkett vuelve sobre sus principales obsesiones (el destino, el azar, la divinidad, la soledad, el problema de la percepción) y lo hace con mucha eficiencia. A diferencia de su primer libro de corte más ominoso, aquí lo maravilloso se presenta a partir de repentinos y trascendentes cambios de enfoque. En este nuevo conjunto —publicado por Editorial Muerde Muertos—, el autor no descuida el modelo clásico donde conviven dos niveles: el que se nos enuncia y el que subyace y que sólo se revela cuando el primero alcanza su resolución. Sin embargo, no todo descansa sobre este artificio, sino que el lenguaje está puesto en primer lugar, haciendo que los arcaísmos se luzcan en textos como “Mawatin”, o de manera inusual en “Ars militaria”, para poner en ridículo el doblaje español de las películas norteamericanas.
La discusión filosófica es otra de las marcas del volumen, con mayor presencia en “El Paraíso” y “Bailando con Schopenhauer”, sobre todo en el primero donde un selecto club de hombres “discute” sobre las principales preocupaciones existenciales. “El Dogo de Burdeos”, “El otro simulacro” o “Sin Amparo” son también piezas que postulan, a su manera, de la necesidad de encontrarle sentido a nuestras vidas. Otra constante son “las historias dentro de otras historias” con textos como “Cuento infantil para tiempos modernos” o “De las deserciones y otros hábitos igualmente humanos”, donde grandes clásicos aparecen remozados para jóvenes oídos, o como en el cuento da título al volumen, donde la realidad se confunde con los deseos de un joven cineasta. En pocas palabras, Martínez Burkett obtiene con Los ojos de la divinidad una doble victoria: a la vez que evoca con acierto a sus maestros, también abre caminos y oficia como un notable continuador de una tradición.
Forjador de penumbras es el título que lleva el primer libro de Pablo Martínez Burkett. Es una compilación de relatos fantásticos que buscan sorprender al lector y que, sin lugar a dudas, logran su cometido. Pablo es otro de esos autores que tengo la fortuna de conocer y gracias a ello he podido seguir muchos de sus relatos antes de encontrarme con esta obra. Sus textos se caracterizan por un lenguaje cuidado y rico en variedad. No es un escritor que se conforme con poco; ahonda en lo escrito, lo retuerce y busca palabras hermosas, pero no por ello desprovistas de fuerza y significado dentro del contexto, para embellecer de forma coherente y certera su trabajo. En el libro nos encontramos con 26 relatos, 26 despliegues de originalidad en distintos formatos, algunos más largos, otros apenas de unas líneas, pero todos ellos dotados de fuerza propia y de un estilo marcado, que nos lleva a hundirnos en la realidad y sacar de ella fantasías verosímiles que nos pueden perturbar el sueño. Ciencia ficción, fantasía, terror, religión, modernidad; el retrato de un futuro distópico en el que un rayo de esperanza se esconde en un número, o simplemente la llegada inminente de la edad que todo lo transforma, hasta despojarnos incluso de nosotros mismos. Todos ellos son sujetos que Pablo aborda con maestría en este libro y a cada uno de ellos añade un extra; una pieza que desajusta lo que pensábamos que sería para llevarnos a su propia interpretación.
Es así como el autor nos arranca a la fuerza del lugar que ocupamos como lectores que juegan a ser detectives, a buscar indicios dentro de los textos para llegar al final con la certeza de habernos adelantado al autor, y regodeándonos cada vez que acertamos en nuestras conclusiones. En este libro es el autor quien juega con nosotros y utiliza sus palabras para llevarnos a la sorpresa de un final alejado de nuestra percepción inicial, lo que nos hace apreciar aún más la lectura, pues, hoy en día, con la cantidad de literatura que tenemos al alcance de la mano, encontrar autores que nos proporcionen ese privilegio es un bien escaso. Pablo es uno de esos autores, sabe regalarnos la sorpresa en pequeñas dosis y con un mimo en las letras que deleita a los ojos del lector. De todos los relatos, he disfrutado especialmente Un viaje extraordinario, (que me recordó a Kafka por lo curioso de la transformación del protagonista) cuyo texto nos deja entrever reflexiones varias de un modo original; Triskel, por la mística que rodea al emblema celta y ese fondo de historias de druidas y meigas que nos hacen creer que la magia existe; Y entonces no habrá más miedo, una vuelta de tuerca curiosa a las historias de terror y los juegos de la infancia; y Una estadía en el Hotel Salpêtrière, relato que me parece que está especialmente bien construido y que nos mete en una historia que se siente real y que toca al lector y le deja cierta desazón y tristeza en el cuerpo. En resumen, Forjador de penumbras es un libro interesante, donde la literatura fantástica se nos presenta con un gusto exquisito por las letras y con un cuidado minucioso por el detalle.
Pablo Martínez Burkett“…me gusta escribir terror porque aspiro a rescatar ese terror de los primeros padres que, solos en la caverna, se contaban historias para obtener el salvoconducto que les permitiera transitar por el reino de lo oscuro, ese reino plagado de abominables acechanzas, dientes feroces e impiadosa furia.”.
Mondo Cane es el nombre de uno de los relatos que, a su vez, evoca una película semidocumental realizada en 1962 por unos italianos bastante estrafalarios. Es una película que aún hoy resulta ardua porque exhibe toda clase de perversidades, conductas brutales y actos de violencia bestial. Que en definitiva es mi entendimiento del género humano y del mundo que le dejaremos a nuestros hijos (basta repasar la tapa de cualquier diario). En la Argentina estamos muy influenciados por la inmigración italiana así que la percepción del título es intuitiva. En un español más castizo diríamos “Qué perra vida”.